martes, 26 de abril de 2011

Sorpresa sorpresa


Hoy me han dado una noticia muy importante. Muchísimo. Debo de reconocer que al principio no he sabido muy bien como tomármela, y aun ahora estoy un poco en estado de shock.

Es algo que afecta a una persona muy importante en mi vida, una de las mas importantes, y me ha parecido que he reaccionado, si no mal, por lo menos si bastante raro. Supongo que es una de esas cosas que no esperas y que te remueven por dentro a niveles tan primarios que no eres capaz de controlar.

El caso es que además no es una mala noticia, con lo cual mi indignación ante mi propia reacción es aun mayor, y pienso que independientemente de si fuera una buena o mala noticia, debería haberme puesto directamente en el lugar de esa persona y ver su punto de vista, sobre todo teniendo en cuenta que es algo que solo debería afectar al individuo que toma la decisión.

¿por qué nos cuesta tanto no protagonizar las vidas de los demás? ¿Por qué no podemos simplemente disfrutar de la película desde fuera, sin tener que interpretarla? ¿Por qué lo tenemos que cuestionar todo siempre?

Si me estas leyendo... ¿sabes qué? Adelante. Yo estoy contigo.

Verdad verdadera


Siempre he pensado que en esta vida se llega mucho mas lejos con la verdad que a base de mentiras, ya sean sucias o piadosas. Vives una vida basada en estos principios y parece funcionar, hasta que un día te das cuenta, generalmente a base de golpes, que en realidad no hay ninguna verdad. O quizá que todo es verdad.

La realidad (y esto también es subjetivo) es que no podemos hablar de una verdad absoluta ya que el ser humano es subjetivo. Estamos llenos de condicionantes externos e internos que nos hacen ver las cosas según el cristal que les pongamos delante. Es posible que la misma realidad no sea igual para nosotros mismos, si la analizamos hoy o dentro de 4 meses. ¿Como podemos entonces asegurar que lo que presentamos ante los demás como una verdad aplastante, lo es en realidad o no? En realidad lo es, pero lo es para ti, ya que el cristal con el que lo mirará el de enfrente siempre sera de otro color, y matizará esa verdad, con lo que inmediatamente dejará de serlo como algo absoluto. 






El problema es que muchas veces creemos la verdad que estamos dispuestos a asimilar, y no siempre es el total de la realidad. La clave esta en el porcentaje que podamos creernos, y todo eso dependerá de la coraza que tengamos puesta o que nos queramos poner en ese momento para repeler el daño de dicha verdad. No creerse una verdad es un mecanismo defensivo tan antiguo como el ser humano, pero... ¿el no creerse una verdad, la convierte automáticamente en mentira?

Además, si nada es verdad... ¿es todo mentira? La falta de verdad no tiene que ser algo negativo en si mismo, pero la mentira siempre tiene una connotación peyorativa, ya que en ella siempre se esconde una intención.



Entonces... ¿en que medida merece la pena decir la verdad, cuando la mitad de la gente no lo hace, y la otra mitad no esta dispuesto a aceptarla? La verdad, o mejor dicho, mi verdad, es que no lo se. No es algo a lo que yo os pueda responder, eso desde luego, y menos en los tiempos que corren, en los que la verdad esta tan devaluada, incluso aun estando matizada. Es sin duda un valor a la baja, y quien sabe... quizá no tenga remedio, aunque a mi me gusta pensar que si.




Si hay que tratar de buscar un sentido a la mentira, creo que yo me quedo con el que le da Sabina en la canción "Mas de 100 mentiras" en la que la mentira es todo aquello que nos sirva de autoengaño para tirar hacia adelante.