viernes, 20 de mayo de 2011

Humanos en peligro de extinción.

La humanidad se apaga. La gente se disuelve en sus propias vidas. Vidas tristes, vidas grises, vidas muertas. Ya no hay gente sin ojeras. Ojeras como marcas de latigazos, forjadas a golpe de despertador. Miradas vacias, en rostros apesadumbrados. Miradas dirigidas hacia el suelo, como buscando el agujero en el que tirarse y desaparecer. Pasos lentos que arrastran los grilletes de una rutina que ahoga, y que dirigen a lo menos malo. La angustia de la falta de tiempo para el ocio y de su exceso para la prisa de lo inevitable. La gente ha decidido no soñar por miedo a los monstruos que habitan debajo de la cama de la decepcion, por miedo a la pesadilla del mañana, del hoy, del ayer, del nunca jamas.

Texto recuperado de mi perfil de Facebook. 23 de octubre de 2009

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